En uno de los últimos episodios del podcast Search Off The Record de Google, Elizabeth Tucker, directora de búsqueda de Google y gestión de productos, explicó cómo mide Google la calidad de la búsqueda.
Tucker explicó que Google recoge datos a través de encuestas realizadas a los usuarios, y que una muestra de estos son revisados por evaluadores humanos “en busca de aspectos como la relevancia”. De esta manera, Google es capaz de comprender hasta qué punto los resultados de búsqueda satisfacen las necesidades de los usuarios.
Además, Google también analiza los patrones de comportamiento de los usuarios para inferir si las personas encuentran exitosamente la información que buscan, a partir de las interacciones que realizan.
Sin embargo, el trabajo continuo que realiza la empresa para mejorar los resultados de búsqueda hace que se enfrente a nuevos retos y dificultades. Así, según ha explicado Tucker, a medida que mejora la calidad de la búsqueda, los usuarios realizan consultas más complejas, lo que complica la labor de ofrecer a los usuarios los resultados adecuados para sus búsquedas.
Y aquí, Google se enfrenta, según la directiva de la empresa, a un nuevo peligro, ya que, en un principio, un rendimiento deficiente puede generar una mayor actividad de búsqueda, lo que puede llevar a conclusiones engañosas sobre la calidad de los resultados que ofrece el buscador.
Sin embargo, normalmente, si el rendimiento del buscador es deficiente y esta situación se prolonga en el tiempo, se producirá una disminución en el uso del buscador. Por lo tanto, tal y como advierte Tucker, “una medición que puede ser buena a largo plazo puede resultar engañosa a corto plazo”.
Por ello, es necesario tener en cuenta que los números no siempre cuentan la historia completa, y “todos debemos reconocer es que no todo lo importante se puede medir y no todo lo que se puede medir es importante».
“Comprender si lo estamos haciendo bien, dónde lo estamos haciendo bien, dónde se deben centrar esos miles de millones de consultas… hombre, es un problema difícil”, ha afirmado Tucker, quien ha destacado que a medida que los avances en la IA y el aprendizaje automático amplían los límites de lo que es posible en la búsqueda, aumenta la importancia del “elemento humano».
Desde los evaluadores de la calidad de la búsqueda que evalúan los resultados del mundo real hasta los ingenieros y gerentes de producto, el enfoque de Google para cuantificar las mejoras de la búsqueda combina big data con conocimiento humano, para comprender y satisfacer las necesidades de los usuarios y conseguir mostrar la información más útil para las búsquedas.